miércoles, 30 de septiembre de 2015

Carta do Sr. Administrador Diocesano D. Antonio Rodríguez Basanta no inicio da Catequese

Comenzamos la catequesis. . .


… y convendría aclarar algunas cosas. Por lo menos para superar prejuicios y evitar malentendidos. No es precisamente inusual que se produzcan desencuentros y hasta conflictos por este tema, ya sea por ignorancia o por estar al margen de lo que la Iglesia ofrece para aquellos que solicitan ser educados en la fe bautismal.
Por eso, aunque sea por la vía negativa, habría que decir lo que NO es la catequesis:

· La catequesis no es solo el catecismo. El catecismo es un libro, es decir, un medio necesario e imprescindible para la catequesis; pero el catecismo no lo es todo.
· La catequesis no es solo para hacer la “Primera Comunión” o la “Confirmación”, y con eso, una vez conseguido y celebrado por todo lo alto, ya todo está cumplido. La catequesis no es para esto, sino para “iniciarse como cristiano”, y eso lleva su tiempo.
· La catequesis no es tarea exclusiva de la Parroquia. Junto con los catequistas y el sacerdote, los padres y la familia son imprescindibles: sin su sintonía y colaboración es - y puede que resulte fuerte la expresión - tiempo perdido.
· La catequesis no es una actividad más, y, menos, un entretenimiento. En la catequesis se educa, o se trata de educar, en los valores permanentes del Evangelio que aportan un sentido nuevo y definitivo a la vida.
· La catequesis, finalmente, no es adoctrinamiento, sino diálogo que conduce a las certezas de la fe; no es solo teoría, sino sobre todo vida; no es competitividad, sino solidaridad y fraternidad experimentada en el grupo.

Entonces, ¿para qué se va a la catequesis? Vamos a la catequesis para ser amigos de Jesús: Él es el mejor Amigo. Y somos amigos de Jesús…:

· Cuando nos reunimos en su nombre para orar y participar en la Eucaristía.
· Cuando escuchamos y secundamos en nuestras vidas lo que Él nos dice en el Evangelio
y a través de la misma catequesis.
· Cuando hacemos lo que Él nos manda, siendo solidarios y compartiendo con los demás, viviendo la caridad y conviviendo como buenos hermanos.

Para que esto sea posible necesitamos catequistas en nuestras parroquias: un padre, una madre, un joven o un adulto, eso sí, creyentes y dispuestos a prestar este gran servicio a la comunidad.

Os lo agradecemos todos. Y os aseguramos, además, que se recibe mucho más de lo que se da.

Antonio Rodríguez Basanta 


Podes descargar e imprimir a carta en PDF pinchando AQUÍ

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